El pasado domingo 17 de noviembre, el Santuario San Sebastián de Punta Arenas se llenó de fe, alegría y cultura durante la celebración de una eucaristía en honor a Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, cariñosamente conocida como «La Chinita». Esta advocación mariana, profundamente arraigada en la ciudad de Maracaibo, Venezuela, fue el centro de una conmovedora misa organizada por la comunidad de migrantes venezolanos que hacen vida pastoral en el Santuario. 

La celebración fue presidida por el P. Fredy Subiabre, párroco de la catedral de Punta Arenas, a la que pertenece la comunidad del Santuario de San Sebastián, y se vivió en un ambiente de júbilo y nostalgia. Los cantos litúrgicos, interpretados con ritmos venezolanos como calipso, joropo, vals y especialmente gaitas, recordaron al país natal desde la distancia y unieron a los asistentes en una expresión de fe y cultura. Entre los músicos, destacó la participación de dos chilenos, quienes con entusiasmo asumieron el reto de interpretar música tradicional venezolana, simbolizando un hermoso gesto de interculturalidad. 

Uno de los momentos más emotivos de la misa fue la procesión con la imagen de La Chinita dentro de la capilla, acompañada por las gaitas y oraciones de los fieles. Asimismo, un joven venezolano, junto a una pareja chilena, ofreció a la Virgen una cueca, danza típica chilena, como símbolo de encuentro y gratitud entre culturas. 

Además de la devoción mariana, la misa tuvo un fuerte carácter solidario. Los asistentes trajeron alimentos no perecibles que fueron organizados en una canasta, destinada a una familia migrante de escasos recursos. Este acto reflejó el compromiso de la comunidad migrante con los valores de fraternidad y apoyo mutuo. 

La celebración concluyó con un gesto de gratitud hacia los hermanos chilenos, quienes han abierto sus puertas a los migrantes venezolanos. Se compartió papelón con limón y arepas, símbolos de la gastronomía venezolana, como una muestra de agradecimiento por las oportunidades de desarrollo laboral, familiar y personal que han encontrado en Chile. 

Aunque el día central de la celebración de La Chinita es el 18 de noviembre, la misa realizada el día anterior fue un recordatorio de cómo la fe trasciende fronteras y une corazones. La comunidad venezolana en Punta Arenas continúa sosteniendo sus tradiciones religiosas y culturales, llevando consigo la esperanza de una restauración democrática para su país y un futuro mejor para todos (Andrés Alirio Zambrano Delgado).

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